¿Agua o té? Por Marta M. Requeiro Dueñas.
El agua de Cienfuegos en tiempo de cólera - foto de Internet- Inside
Asiduamente me comunico con mi familia, gracias a la Internet, a través de las redes sociales, esto ha podido ser posible. Primos, tíos parientes en general, que incluso no conocía o no veía desde hace mucho son parte de mi cotidiano vivir porque, al menos de forma virtual, los siento más cerca.
La tecnología se ha ido adentrando en nuestra querida isla, con mayores o menores posibilidades, pero con esto contrasta la precariedad del cubano en su vida diaria. El que está allá sufriendo los desmanes de ese huracán que nunca termina de pasar, llamado Revolución Cubana (donde solo viven con calidad los que están en el centro del vórtice generando las desgracias), tratan de mostrar lo lamentable de su naturaleza ordinaria.
Ayer chateaba con un primo y, de repente, me manda una foto donde se observa una pequeña jarra de cerámica con un líquido oscuro dentro acompañada de unas galletas: _ ¿Quieres té? —me ofrece en forma jocosa.
Confieso que mi primera impresión a cerca de su pregunta llegó acompañada también de varios cuestionamientos: ¿Desde cuándo los cubanos se han vuelto amantes del té, desde cuándo esa simpatía por algo tan anglosajón? Desde cuándo, sí, porque las costumbres cubanas son más de gustar de una limonada fría, o un café, más que de un té, pensé.
Pero inmediatamente veo que escribe la típica interjección correspondiente a una risa y me aclara que lo que contenía el vaso no era precisamente té sino agua, agua que llegaba a través del grifo.
_ ¡Por Dios!, cómo es posible que un agua tan turbia llegue por las tuberías! —le contesté sorprendida. Y luego me detalló los miles de problemas que están presentando los pobladores de su localidad en Cienfuegos para tener el preciado líquido a su alcance:
"¡Ay, mija, es una rotura desde hace meses! Ahora estan cambiando, tuberías, turbinas y esas cosas. Déjame decirte que aquí hay lugares donde el agua no viene desde hace dos semanas" —comentó.
"Bueno, eso es lo que dice el noticiero provincial y el periodico. Hablan que la mala calidad del agua se debe a que no tienen presupuesto para invertir en equipamientos para mejorar la calidad del liquido. Tambien se menciona roturas en las redes hidraulicas que han estado en exlotación desde hace muchos años y que por eso han colapsado. En una investigación que hicieron por los alrededores de la conductora, detectaron robos de agua en las acometidas de las cooperativas y otras instituciones, a los que ahora se les está multando por eso", puntualizó.
Entonces, primo —le recuerdo—, si los tíos nuestros, que ya estan muertos y eran tan revolucionarios, resucitan y ven ahora el relajo en que se ha convertido aquello de "La revolución del pueblo y para el pueblo", se vuelven a morir de la impresión. ¿Verdad? "¡De que se mueren se mueren, sí señor! Y los hoteles siguen creciendo. Aqui se ignauró el San Carlos, de la firma Melia. ¡¿Y los cayos?!... Bueno, yo solo conozco a Cayo Carena con sus casitas medio caidas, no conozco los demas cayos. Mucha gente ha ido a disfrutar un día en ellos y dice que les cae una tristeza doble porque al regresar tienen que abandonar las comodidades, el confort, y llegar a sus casas con el bolsillo vacio" —se explayó a decirme después el pariente.
Bien saben los que han ido, al menos una vez en la vida a esos lujosos cayos; que su dinero, ni el de los turistas que allí disfrutan de las mil maravillas, servirá para mejorar la calidad de vida del pueblo. Los gobernantes no se esmeran como realmente se debiera para que haya agua en cada casa (ni siquiera potable).
Hace dos meses leí un informe en CUBADEBATE de una entrevista hecha a Félix Hernández Suárez, asesor de la Asamblea Provincial del Poder Popular, quien atiende de cerca la situación con este preciado líquido, a petición de las máximas autoridades de la provincia, donde plantea: "Mientras no se estabilice la conductora de Paso Bonito, la situación será difícil; no hay seguridad de nada y el pueblo estará sin agua".
Profundizando en el tema he llegado a saber que los vecinos han tenido que abandonar sus casas e irse más lejos, donde familiares y amigos, huyendo del lugar hacia donde las circunstancias son menos críticas.
Si al servicio de abasto se le fija un horario, casi siempre cada dos horas; la ponen, como mucho, unos pocos minutos. El servicio alternativo de pipas es iregular y los equipos utilizados para conducir el liquido hasta los hogares se rompen por falta de combustible. Ha surgido además un negocio: el de la venta de agua.
Hasta ayer, el escenario en las zonas afectadas de Cienfuegos (sin mencionar el oriente del país donde la carencia del agua es igual de critica), representaba la misma tragedia. Y me pregunto: hay presupuesto para abrir más hoteles, hacer de los cayos lugares destinados al turismo... ¿y la gente común y corriente? ¡Hasta cuando el sufrir de mi pueblo, hasta cuando...!
luis_balboa02@yahoo.es
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