Cuba se asoma a lo desconocido. Por Tatiana Jonsson. Licenciada en PPE y analista de política internacional. 2018-04-15
Si se cumplen las previsiones, un miembro de la familia Castro dejará de estar al frente del país por primera vez desde el triunfo de la Revolución en 1959. El próximo 19 de abril, Raúl Castro, de 86 años, cederá el mando que ha ejercido durante los últimos 12 y que su hermano Fidel mantuvo durante medio casi siglo.
Las elecciones generales celebradas este domingo completaron un paso más en el camino a una sucesión anunciada desde que Castro afirmó su intención de dejar el poder en 2018. El mandatario propuso que los mayores de 70 años no puedan acceder a cargos oficiales y un máximo de dos mandatos en ellos. Según las reglas que él mismo promueve, su tiempo está a punto de terminar y el proceso sucesorio, ya en marcha.
8 millones de cubanos que viven en Cuba, estaban llamados a ratificar una lista de 605 diputados a la Asamblea Nacional previamente preseleccionada a nivel municipal y aprobada por la Comisión Nacional de Candidaturas. El Partido Comunista (PCC) es el único autorizado a participar. Serán estos representantes quienes constituirán la Asamblea el próximo 19 de abril y elegirán de entre sus miembros a los 31 del Consejo de Estado, máximo órgano gubernamental del país. Su actual vicepresidente primero, Miguel Díaz-Canel, es el gran favorito para encabezarlo y, como prevé la Constitución, convertirse así en jefe del Estado y del Gobierno.
"El sucesor del presidente, de acuerdo con este sistema, es el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Lo que fue Raúl Castro con Fidel y lo que ha sido Díaz-Canel en los últimos años", es decir que viniendo de la dictadura de los Castros, Díaz-Canel será el próximo Presidente de Cuba.
Pero el próximo máximo mandatario "tendrá que construir su propio consenso, porque la autoridad que tuvieron Raúl o Fidel no la va a heredar nadie", con lo cuál esto llevará "a un proceso de descentralización del poder".
Estas son algunas de las probables figuras clave en el nuevo reparto que se avecina.
Un ingeniero electrónico de 57 años de la provincia de Villa Clara se volvió familiar para los cubanos residentes en la isla cuando fue nombrado ministro de Educación Superior en 2009. Antes se había curtido en distintos niveles de la Administración, en los que dirigió provincias estratégicas en las que alcanzó gran popularidad. Su labor como responsable de la formación de numerosos cuadros del Partido Comunista (PCC) le ha granjeado muchas lealtades. Entre ellas la de Raúl Castro, que le ve como el recambio que asegura la imprescindible renovación, pero también la salvaguarda de la Revolución. Cuando fue nombrado vicepresidente primero en 2013, Castro destacó de Díaz-Canel que "no es un advenedizo" y su "firmeza ideológica". En un video filtrado recientemente, Díaz-Canel prometió medidas contra los medios de comunicación "con contenido subversivo", lo que irritó a la oposición, "Yo no concibo las rupturas en nuestro país, creo que ante todo tiene que haber continuidad", recordó el pasado noviembre. (A este hombre se le ha olvidado que los Castros han sido el arma destructiva que ha desmoronado muchas familias cubanas).
"Raúl está impulsando un relevo generacional y necesitaba presentar a un nuevo dirigente probado en los distintos escalones del partido". Su gran virtud a ojos de la élite política cubana es su gran defecto para los detractores del sistema. No está previsto que el secretariado del PCC se renueve hasta el congreso de 2021 y desde esta instancia podría entorpecer las reformas, lo que sería "muy conflictivo desde el punto de vista de la unidad de las élites" si el nuevo gobierno se lanza a la apertura.
Conclusión aunque Díaz-Canel sea proclamado Presidente de Cuba, aún tendremos un Castro manejando los hilos de nuestro país, una autoproclamada Democracia sin sentido y que no tiene cabida alguna en los tiempos que vivimos.
Tatiana Jonsson, Licenciada en PPE y analista de política internacional. Suecia. 2018-04-15
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