Turistas de EEUU: Del “boom” a la catástrofe Ernesto Pérez Chang Cubanet 14 de diciembre de 2017
Hoy en Cuba la decepción se torna semejante a aquella que vino tras la zafra de los 70
LA HABANA, Cuba.- Fue un “boom” pero ahora parece más un big bang catastrófico. Los más de tres millones de turistas estadounidenses anuales jamás fue alcanzado y hoy la decepción se torna semejante a aquella que vino tras la zafra de los 70.
No importa que las estadísticas oficiales vengan a demostrar un leve crecimiento de visitantes foráneos con respecto al 2016, la cuestión es que los planes para hacer frente a un turismo de mayor exigencia y que, por ende, generaría mayores ganancias, se frustraron.
Una frustración que, en algunos casos, ha obligado a realizar cambios de última hora incluso en las regulaciones migratorias, como ese de permitir a embarcaciones de cubanoamericanos usar las marinas de Varadero y del Oeste de La Habana a partir de enero de 2018, no para aliviar los conflictos profundos entre el régimen comunista y su diáspora, sino como solución emergente para recuperar el capital invertido.
La marina Gaviota de Varadero, situada casi en el extremo del balneario, en ningún momento fue pensada para ver retornar tal vez aquellos mismos yates que, durante la crisis del Mariel, fueran la prueba palpable de que los cubanos jamás han sido una masa ideológicamente homogénea.
El desarrollo de un complejo de marinas a lo largo de la isla, vinculadas a negocios inmobiliarios y campos de golf, así como la llamada Zona Especial de Desarrollo del Mariel, siempre estuvo ligada a la idea de un proceso “irreversible” en cuanto a la normalización de las relaciones con los Estados Unidos, el único país que generaría en masa el tipo de turista consumidor de tales servicios.
El retroceso en las relaciones con la nación vecina representa para la isla la paralización o, en algunos casos, la reformulación de más de un centenar de proyectos de desarrollo turístico, de modo que ni siquiera el actual crecimiento será capaz de amortizar los gastos de una inversión que pudo llevar en algunos casos más de una década entre estudios iniciales y ejecución de las obras.
Un especialista de la Unidad de Construcciones Militares, la empresa vinculada a Gaviota con más proyectos asociados al turismo, asegura que algunas instalaciones que fueron terminadas con la idea de comenzar su explotación durante la actual temporada alta, hoy se hallan prácticamente a la espera del primer cliente, así como varios proyectos apenas han logrado sobrepasar la fase de movimiento de Tierras.
“La marina de Varadero tenía que estar a más del 80 por ciento de su capacidad para esta temporada y apenas alcanza entre un 10 y un 15 por ciento (…). Es una dársena gigantesca, la de mayor capacidad en Cuba, donde pueden atracar centenares de yates y con suerte logras ver cinco o seis (…). Los hoteles y las casas que se hicieron cerca (de la marina) están vacíos, ahí creo que si se han alquilado diez personas es mucho, hay algunas que jamás se han abierto, ni siquiera están amuebladas”, afirma la fuente.
El ingeniero Luis Lorenzo Torres, también de la Unidad de Construcciones Militares e involucrado de manera directa en algunas de las inversiones más importantes que estarían destinadas a la oleada de turistas norteamericanos prevista, aseguró a CubaNet que, de continuar el retroceso en las relaciones con los Estados Unidos, numerosos proyectos deberán quedar a la espera.
“Canadá, México y Europa no son los mercados a los que estaban destinadas esas instalaciones. Fueron proyectos pensados para el mercado norteamericano, que es un turismo muy diferente, más exigente, que depende de que exista un comercio estable con los propios Estados Unidos, productos que solo pueden obtenerse allí (…). Fue para ellos que se hicieron cambios incluso en asuntos como los negocios inmobiliarios, los campos de golf, que son algunos de los proyectos que han quedado en suspenso, a pesar de que ya se han tragado millones de dólares”, asegura Torres, quien más adelante ofreció más detalles.
“Hay proyectos que estaban muy avanzados, como el de la dársena de Varadero y para los cuales el Gobierno tuvo que hallar esa solución, pero nunca estuvo pensada para los cubanoamericanos (…), hoy, entre ellos y sus familiares en Cuba, representan una buena parte de lo que reflejan las estadísticas (de turismo) como crecimiento (…). El sistema de marinas, campos de golf, eso es turismo norteamericano, se esperaba turismo norteamericano y hasta ahora no se sabe qué solución encontrarle a todo esto (…). Las casas que se terminaron se tiene previsto pasarlas a los diferentes sistemas de rentas, y aquellas que están aún en fase constructiva serán terminadas, no con la misma calidad, pero servirán para satisfacer al tipo de cliente actual (…) que busca un producto más económico (…), pero aun así, ya no estamos hablando de ganancias, sino de recuperar solo una parte de lo invertido”, afirma el funcionario.
Aunque, teniendo en cuenta el comportamiento tradicional del Gobierno cubano con respecto a la relación entre la ideología y la economía, algunos aseguren que la crisis entre los Estados Unidos y Cuba, luego de la llegada del presidente Trump a la Casa Blanca, ha sido favorable a los propósitos políticos antinorteamericanos de la vieja guardia del Partido Comunista de la isla, lo cierto es que el actual congelamiento está costando millones de dólares en pérdidas a un régimen que tenía puesta toda su fe de salvación en los Estados Unidos.
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