"¡Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas a remojar!". Por Carlos Diaz Olivera.
Parece ser que la sangre africana estalló en Zimbawe al no querer soportar más al dictador Mugabe, que según parece quería instalar en el pais una dinastia al estilo cubano-norcoreano.
En el mundo actual las dinastías parecen pasar de modas, en este tiempo donde los medios de comunicaciones se mueven a la velocidad de fracciones de segundo, los hechos de corrupción o de represiones por parte de los regímenes totalitarios cruzan el éter de forma inevitablemente veloz, para con ello condenar al totalitarismo que se cree omnipotente e intocable.
Esta revuelta africana traerá consigo trasmitir que nadie en este mundo está exento de la justicia popular. Nadie puede esperar que las informaciones de los abusos y desmanes, no tengan por enterados al mundo contemporáneo y globalista donde las comunicaciones cada dia son mas sofisticadas y asequibles a las masas que conforman este planeta en que vivimos.
Este proceso que se vive en ese país aficano, que fue destruido por un hombre, que al igual que el de Cuba y el de Venezuela, engañó a todos los que en él confiaron y se convirtió en un gran dictador, caprichoso e incompetente para gobernar Zimbawe, donde creó el odio racista y destruyó todo aquellos recursos que podía desarrollar un país rico con una agricultura y una ganadería bien desarrollada.
Los efectos de este golpe de estado, por llamarlo como se debe de llamar, confirman que cualquier chispa puede producir el incendio necesario que de la noche a la mañana, remueva los cimientos de un tirano que se siente endiosado.
No existe nada perpetuo, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, y es por ello que se me antoja que a los responsables de la desgracia que vive Cuba y Venezuela, junto a Bolivia y Nicaragua, les están llegando un mensaje claro y conciso: ¡Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo!.
carlosdiazescorpion@gmail.com
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