Cuba cede ante Estados Unidos. Por el Licenciado Rolando Gallardo.
Quito. Ecuador.- Fue necesario que Trump pusiera mano dura para que el gobierno cubano determinara aflojar las retrógradas medidas migratorias impuestas a sus ciudadanos en el exterior por décadas. Los medios de prensa del régimen de La Habana, aplicando la máxima castrista de convertir los reveses en victorias, se adelantan a afirmar que Cuba abre cuando Estados Unidos cierra, la peor y más mal pensada propaganda de la prensa oficialista de los últimos años.
Nunca pensé que a todo color los papagayos de la televisión cubana reconocieran que si queremos cambios en Cuba, Estados Unidos debe apretar la soga. Queda abierto el chiste de que si con el cambio de lugar de visado reformaron las leyes migratorias, entonces, con un bloqueo naval tendremos elecciones democráticas muy pronto.
Algunos opositores ya se ponen como compañeras sexuales, o mejor dicho, como putas en cuaresma, gritando porque si y porque no, renegando de las medidas anunciadas por el Canciller Bruno Rodríguez Parrilla. Resulta que estas medidas del régimen cubano, si bien son migajas, es algo que beneficia a los emigrados de todos los colores políticos. No hay necesidad de llorar sobre una leche beneficiosa cuando hay muchas cosas buenas por las que seguir reclamando.
La eliminación de la “habilitación” del pasaporte deja abierta más interrogantes que felicidades. ¿Acaso el gobierno cubano está valorando eliminar los 24 meses de estadía permitida en el exterior? ¿El gobierno cubano está pensando derogar ese apartheid que transforma en ciudadanos de segunda a aquellos que por razones políticas o económicas hemos decidido ausentarnos de la isla por más del tiempo que el “Señor Feudal” ha determinado?
Es necesario que ahora más que nunca se luche por restablecer los plenos derechos ciudadanos de los cubanos en el exterior, sin la pendejada que vivimos de ser ciudadanos cubanos por obligación sin derechos de residencia (ciudadanos sin residencia, ni a García Márquez se le hubiera ocurrido semejante extravagancia).
El sistema cubano debe valorar seriamente si debe transformar la constitución para acercarse verdaderamente a la emigración cubana. La constitución de Cuba no permite la doble ciudadanía aunque si permite renegar de la cubana, aunque la ley no es clara al respecto - la ley no es clara en muchas cosas-.
Es un gran momento para que el régimen castrista estreche lazos, se acerque y escuche a los ciudadanos cubanos del exterior, sin importar colores políticos. Diálogo sobre la base del respeto y el reconocimiento puede ser una opción para cambios verdaderamente fructíferos para la Isla, y evitar de esa manera, en un futuro, tal vez cercano, una transición traumática. Hay mucho de qué hablar por el bien de todos.
Mientras tanto, espero con morbosa fe, que en el próximo primero de mayo se coree en la plaza: ¡¡¡Trump aprieta que a Cuba se respeta!!!
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