He vuelto a creer.
Por Marta M. Requeiro Dueñas.
He vuelto a creer. No me queda otra que recargarme de esperanza.
Aún tengo nítido en la memoria el emotivo discurso del entonces presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, pronunciado el miércoles 17 de diciembre del 2014; donde hizo el anuncio de una serie de medidas destinadas al restablecimiento de las relaciones bilaterales con Cuba (incluyendo las diplomáticas, interrumpidas en 1961.)
Al fin y al cabo no pasó nada, aprovechó la relación con el Gobierno de la isla para hacer historia siendo el único presidente negro de los Estados Unidos y además el único en pasearse por las calles de La Habana Vieja y degustar un bistec de solomillo acompañado de su esposa en una reconocida paladar de la antigua ciudad.
Hoy 16 de junio del 2017, cuando son las 2.07 de la tarde y estoy sentada en la mesa con mi familia haciendo la sobremesa del almuerzo, me siento nuevamente esperanzada viendo la intervención del presidente Donald Trump. En éstos momentos, nuevamente vuelvo a creer. La esperanza es lo último que se pierde. Me prendo con fe a las palabras del actual presidente de los Estados Unidos, viendo el apoyo que le brindan los cubanos del exilio, el entusiasmo con que ha hablado, conociendo su poder y el talento que tiene para los negocios.
Los anuncios que ha dado me han dejado convencida de que ahora no habrá pretextos para que el Gobierno de Cuba no acepte tales medidas porque no es que no hayan posibilidades de cambio, sino que la élite que gobierna a la mayor de Las Antillas perdió de un janaso todos los beneficios que Obama le dejó y para volverlos a tenerlos tendrán que aceptar las medidas de Trump que no hizo otra cosa que "pasarles la pelota en el juego" diciendo que negociará mejores acuerdos con la Isla si en ésta hay avances democráticos.
Sí, reitero, vuelvo a creer como la mujer soltera que añora casarse y acepta, sin exigir demasiado, el amor del primer hombre que se le acerca y si la relación fracasa no le queda otra que fiarse, recelosa o no, una y otra vez, de las promesas de un nuevo enamorado que llegue a pretenderla abrigando la ilusión de algún día ser desposada.
luis_balboa02@yahoo.es
|