José Marti: El Apóstol no castrista. Por Alberto Gutiérrez Barbero.
No es mucho, sino muchísimo lo que se puede decir y escribir sobre el vil castrismo en Cuba desde 1959, cuando de brazo con la sangre de los fusilamientos en los paredones inició la horrenda tiranía que todavía perdura acompañada con la tremenda miseria provocada de un extremo al otro del país. Lamentablemente allá el hundimiento nacional en el abismo es una innegable realidad y las décadas de tantas canalladas castristas tienen la colaboración de masas populares. Luego que comenzaron los "logros" revolucionarios el tirano cubano de repente declaró a José Martí autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada. Sin embargo esa bajeza y otras, muy bien las rechaza lo que fue la nítida conducta del Apóstol no castrista y también su impercedero pensamiento que debería ser honrado por todos los cubanos y no manipulado por ninguno. En la escuela primaria durante varias conmemoraciones del natalicio de Martí escuché la frase "La patria es ara y no pedestal", sin embargo al pasar a la enseñanza secundaria leí "Con todos y para el bien de todos", su memorable discurso de 1891 en el Liceo Cubano de Tampa que comenzó con lo genial: "Cubanos; Para Cuba que sufre la primera palabra. Del altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida y no de pedestal para levantarnos sobre ella" y antes de finalizar expresó "Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante con todos y para el bien de todos".
Curiosamente hace años en la pequeña Plaza de la Cubanidad, situada en la calle Flagler de Miami, sin dificultades también de ese mismo discurso puede leerse muy sucinto:" Las palmas son las novias que esperan", aunque se omitíó: "Y hemos de poner la justicia tan altas como las palmas". De lo múltiple martiano también cito: "Es criminal quien sonríe al crimen", "No es nada menos que un criminal quien ve la pobreza, y puede ayudarla, y no la ayuda", así como "Es mi sueño que cada cubano sea hombre político enteramente libre" y "El gobierno es el decoro de la patria y la patria no debe tener enemigos en sus propios hijos". Igualmente de La Edad de Oro recuerdo "Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado y a pensar y a hablar sin hipocresía", reafirmando que lo relacionado al excepcional Mártir de Dos Ríos por supuesto refleja una total incompatibilidad con la atroz situación en Cuba.
Cordialmente,
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