Cuba: El verdadero uso del periódico... Por Marta M. Requeiro Dueñas.
CubaDemoccraciayVida- Lunes 13 de febrero de 2017- La foto "Valor de uso" que presentara el artista Erick Coll, en el Concurso de Artes Plásticas “Salón de Arte Erótico”, que se celebra cada año en la Galería Fayad Jamis, en el municipio capitalino de Alamar, fue censurada.
FOTO DE ARRIBA: El artista de 35 años es graduado de comunicaciones en la Universidad de La Habana y miembro del Fondo Cubano de la Imagen Fotográfica (FCIF). (Erick Coll). /Face Book/.
El autor, un habanero de 35 años, graduado de comunicaciones en la Universidad de La Habana, y que trabaja como responsable en el departamento de fotografía del Instituto Superior de dicha provincia, quedó inconforme ante tal determinación.
La duradera imagen muestra a una mujer aparentemente utilizando un periódico como papel higiénico. Leí la noticia en el Nuevo Herald y si la censura viene porque la foto no tiene nada de erótica: concuerdo con ellos. Pero no es el caso.
Los encargados, organizadores o el jurado, de dicho certamen tuvieron motivo más que suficiente para alarmarse y proceder así, ya que dicho periódico se trataba de un ejemplar de Trabajadores, órgano oficial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). ¿Se imaginan el revuelo que se armó? ¡Yo me lo imagino!.
¡Que buena idea! ¡Cómo pudo ocurrírsele hacer tal cosa!
Dicen que una imagen vale más que mil palabras y no hay nada más cierto. Esa fotografía dice mucho. Primeramente queda claro que en Cuba, el diario que debe representar los intereses de la clase trabajadores responde al gobierno totalitarista de la isla, desinforma y miente. En esos periódicos, como en la tele, es donde único se cumplen los planes de producción y el país avanza, cuando la realidad es precisamente otra. A los trabajadores no se les tiene en cuenta, y estoy segura que son unos de los más mal pagados del planeta.
Por otro lado alude a la carencia de algo tan básico como el papel sanitario.
Entonces, claro está, para qué sirven éstos en la isla sino para picarlos en pedazos y ponerlos sobre el inodoro. Los que no han vivido ahí no pueden imaginar que algo tan elemental pueda faltar, pero es así. Si falta la comida, la luz y el agua... ¡Qué va a haber papel higiénico! Un rollo de éstos en el 2014 sobrepasaba un dólar con veinte centavos, o los treinta pesos en moneda nacional. Todo el que tiene un salario regular, no tiene un "negocito" que le aporte una entrada extra, o no tiene acceso al billete verde, no puede darse ese lujo.
Cuando iba a la tienda en divisa del barrio, podía apreciar que el papel de uso íntimo se llenaba de polvo en los estantes, pues la gente no lo llevaba. Prefería destinar su dinero en adquirir comida, jabón, champú, etc.
"Valor de uso" fue el nombre escogido para la foto por su autor, y en primer plano se puede leer claramente el nombre del diario, "Trabajadores", como queriendo decir: ¿para qué otra cosa vale, sirve o se usa?, ¿qué otro fin tienen sus hojas más importante que éste que se muestra?.
Hay amas de casa que guardan un rollo bajo siete llaves para ocasiones especiales -cuando esperan visitas de fuera, por ejemplo-, y de ese mismo hacen las servilletas que pondrán al lado de los platos en la mesa.
Una vez recibí a una amiga allá en mi casa de Cuba, fue con su hija pequeña. Estábamos conversando animadamente sentadas en la sala, cuando la niña interrumpió para decirme:
- ¡Oye!, me gusta venir a tu casa. Siempre hay papel suavecito en el baño.
Si mal no recuerdo, Carlos Ruíz de la Tejera, el lamentablemente desaparecido actor y humorista, en una de sus presentaciones en la televisión cubana dijo algo de que "...hasta a la Biblia le meten mano", refiriéndose a este trance por el que pasan los cubanos.
Ahí comprendí también que la fe se pierde cuando se agotan las fuerzas y no sirve suplicarle al ser supremo por mejoras. Entonces, se deja de tener la Biblia en la mesita de noche y se coloca en el baño.
En una ocasión fui a la casa de la misma amiga y vi en su baño un libro de Marcos Behemara, al que ya le faltaban algunas hojas. Me sentí mal de ver que la obra del destacado humorista, escritor y dramaturgo matancero, podía terminar en la basura, y le propuse a ella cambiarlo por algunas revistas Bohemia que tenía guardadas.
Es una pena terrible que el pueblo continúe padeciendo carestía hasta de lo que considero más primordial: la libertad de expresión en todos los sentidos, incluyendo el arte. Por eso aplaudo la valentía de este artista fotográfico. Estoy segura que si seguimos intentando y golpeando duro, aunque sea de afuera, la muralla de la prohibición en la isla, en algún momento -más temprano que tarde- llegará a derrumbarse.
luis_balboa02@yahoo.es
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