Vuelo Pro Faro a Colón. Por Alberto Gutiérrez Barbero.
La muy cruenta tiranía castrista ha menoscabado intensamente lo que era Cuba antes de 1959.
Prácticamente ya nada del diario acontercer en en suelo cubano es interesante o agradable y entre muchas cosas por ejemplo el Vuelo Pro Faro a Colón está condenado al olvido.
La idea del Faro a Colón surgió de "Historia de Santo Domingo", un libro publicado en La Habana a mediados del siglo XIX. De acuerdo a su autor, el historiador dominicano Antonio del Monte, para rendir homenaje a Cristóbal Colón la luz de un faro que se construyera en la República Dominicana también podía servir de inspiración a los viajeros en tránsito desde ambos lados del Oceáno Atlántico. En 1506 Cristóbal Colón murió y se le enterró en España, No obstante años después cumpliendo con los deseos de su hijo Diego Colón fue llevado a La Española,pero al ser cedida a Francia la sección oriental de esa isla lo transfirieron a La Habana hasta que finalizó el yugo colonial en Cuba. Entonces a pesar de haber sido regresado a España y depositado en un catafalco de la catedral de Sevilla, se originó una controversia sobre el paradero de sus restos por hallarse una caja metálica con huesos y el nombre Colón en una cripta de Santa Maria La Menor, la catedral de Santo Domingo. Seguidamente entre los dominicanos comenzó una campaña para guardar los huesos encontrados asumiendo que pertenecían al singular navegante y en 1898 se inauguró un mausoleo dentro de la misma iglesia, aunque con carácter provisional puesto que se consideró la construcción de otra estructura con igual propósito. A principios del siglo XX la prensa norteamericana recordó el proyecto del faro/monumento en la República Dominicana. En Santiago de Chile la resolución para construirlo fue aprobada en la conferencia interamericana de 1923 que solicitó el respaldo de todas las naciones del hemisferio. Por supuesto también era un asunto de gran interés dominicano y entre muchos proyectos en 1931 se escogió el del arquitecto inglés Joseph Glea: Una enorme cruz horizontal para ser eregida en la costa de Santo Domingo y a donde serían transferidos lo que se alegaba eran los restos de Colón. Una costumbre entre los cubanos -muy mala y que de muy poco nos sirvió- ha sido mirar con cierta simpatía hacia la América Latina. El muy cacareado panamericanismo realmente es un mito demostrado por las disputas menores o las mayores como la Guerra de la Triple Alianza y la Guerra del Chaco. Exceptuando el pasado colonial y el idioma castellano, ¿que tiene en común Cuba con las llamadas hermanas repúblicas? Lo irónico es aún hoy la calurosa acogida de la tiranía castrista desde el Rio Grande hasta la Patagonia. Desconozco quién le "dió vela en el entierro" a Cuba para participar en el vuelo panamericano Pro Faro a Colón, pidiendo apoyo y contribución en la América Latina con el propósito de construir el faro/monumento en tierra dominicana. De todas maneras en Santo Domingo y en La Habana organizaron el vuelo y tanto el Dictador Dominicano Rafael Trujillo como entonces "el hombre fuerte cubano" Fulgencio Batista estuvieron relacionados con sus pormenores.. La escuadrilla panamericana estaba compuesta del monoplano "Colón", un Curtis Wright 19 R piloteado por el Mayor Frank Félix Miranda, pionero de la aviación en la República Dominicana auxiliado por el también dominicano mecánico militar Ernesto Tejeda,La participación cubana se componía de tres Stimson Reliant SR-9D, "La Santa María","La Pinta" y "La Niña", otros monoplanos respectivamente piloteados por los Alféreces Antonio Menéndez Peláez y Feliciano Risech Amat de la Marina de Guerra de Cuba y el Teniente Alfredo Jiménez del Ejército de Cuba. Sus auxiliares eran los mecánicos Manuel Naranjo, Roberto Medina y Pedro Castillo.También a bordo de "La Santa María" viajaba el periodista y cronista oficial del vuelo Ruy de Lugo. De aquello valientes posiblemente el más famoso era Menéndez Peláez, por su legendario vuelo de Camagüey a Sevilla en 1936. El 12 de Noviembre de 1937 se inició el vuelo panamericano al partir los cuatro monoplanos del aeropuerto dominicano "Mirafores' y luego de aterrizar en muchas ciudades del Caribe y la América del Sur, en Santiago de Chile comenzó el regreso hacia el norte. Lamentablemente el 29 de Diciembre al poco tiempo de despegar de Cali, Colombia, con rumbo a Panamá "La Santa María", "La Niña" y "La Pinta" mientras seguían el cauce del Río Cali hacia el Océano Pacífico, entre farallones que limitaban la maniobrabilidad se precipitaron a tierra incendiádose y causando la muerte de sus tripulantes. Las condiciones climátológicas sumadas al sobrepeso de los monoplanos no eran favorables y después fuentes oficiales con la ayuda de testigos oculares determinaron que Menédez Peláez, a bordo de "La Santa María", por lo angosto del cañon del río efectuó un giro muy cerrado que lo hizo caer en pérdida. También que "La Pinta" y "La Niña" sin tiempo para rectificaciones lo siguieron realizando la misma maniobra al entender que era la indicada. No obstante a la retaguardia el dominicano "Colón", mas moderno y potente,superó la altura de la cordillera andina volando a mayor altitud hasta el mar. Horas más tarde sus tripulantes al aterrizar en Panamá supieron de la muerte de los cubanos que habían sido compañeros de vuelo. En La Habana se recibieron los restos de los pilotos y mecánicos cubanos en un ambiente de duelo. Luego de pasarlos a capilla ardiente dentro del Capitolio Nacional fueron enterrados en el Panteón Militar del Cementerio de Colón. Al año siguiente el Cuerpo de Aviación del Ejército de Cuba les rindió un homenaje póstumo realizando un vuelo especial a Cali. También en Octubre de 1940 un monoplano Howard DGA -8 de la Marina de Guerra de Cuba voló durante cuatro meses a lo largo y ancho por paises de América Latina. Aquella mision de buena voluntad y reivindicación del vuelo Pro Faro a Colón estuvo dirigida por el entonces Alférez de Navío Oscar Rivery, aunque tambien participaron el piloto Alférez de Fragata Ríos Montenegro y el mecánico Sargento Francisco Medina. A principios de la década de los setenta visité la catedral Santa María La Menor en Santo Domingo., la ciudad que los dominicanos simplemente llaman la capital.Dentro de aquel recinto católico observé el mausoleo que sin ser enorme era elegante y levantado con un excelente dominio de la arquitectura gótica.Allá sin más bulla se decía encontrarse los restos de Colón y así lo acepté ,a pesar de que en mi mente las catedrales de La Habana y Sevilla me indicaban que "algo no cuadraba" Al regresar a Santo Domingo durante la década de los ochenta decidí viajar hasta el Faro Colon situado al oeste no lejos de la bases aérea San Isidro. Pero,¿cuál no sería mi sorpresa la enorme cantidad de basura que en las vías me impidieron llegar en auto a mi objetivo? Con un costo de $100 millones el faraónico faro después fue terminado, no construído, a los quinientos años del descubrimiento de America y allá se trasladaron los huesos encontrados en Santa Maria La Menor. Siendo iluminado el faro inútilmente y manera inconstante, por experiencia personal afirmo que la República Dominicana sin ser la Cuba de hoy también era a veces "tierra de apagones" Mientras tanto la disputa sobre donde se encuentran los restos de Colón no ha terminado.Las pruebas de ADN se inclinan a favor de la catedral de Sevilla,pero los dominicanos la rechazan. Cordialmente,
Fuentes: El Vuelo Panamericano Pro Faro a Colón por Douglas Hernández. También mis memorias de la República Dominicana. El único país donde en una ocasión mientras me bañaba permanecí enjabonado sin agua y sin luz... También el único país donde fuí arrestado por una borrachera, aunque el borracho era el policía y no yo.
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