Ciudad de la Habana, 18 de septiembre de 2006. A: Dr. Juan Escalona Regueira, Fiscal General de la República de Cuba. De: Dr. Darsi Ferrer Ramírez. Sr: Como en anteriores ocasiones, fui víctima de una detención arbitraria tras un allanamiento ilegal de mi domicilio, agravado, esta vez, por la Tentativa de Asesinato a mi pequeño hijo de cinco años de edad, acción dirigida por la seguridad del estado y orquestada por la policía. Situación que no le bastó a los de la seguridad y cuatro horas después de soltarme, en horas de la mañana, me volvieron a detener y encerrar en calabozo por otro día. En ambos arrestos fui sometido a interrogatorios con sus acostumbradas ilegalidades consistentes en amenazas e intimidaciones. El pasado día 1 de septiembre cerca de doce autos patrulla de la policía parquearon frente a la casa sobre las 2:00 de la madrugada, con unos 60 policías que pistola en mano le cayeron a golpes a la puerta y al abrir me arrestaron con uso de la fuerza sin ofrecer ninguna explicación. Ante mis razones de que mi hijo dormía en el cuarto y que no podían dejarlo solo en el apartamento a la buena de Dios, el policía que supuestamente dirigió el arresto me espetó que lo que le pasara a mi hijo a él no le importaba. Sin tomar en cuenta mis reclamos de que llevaran al niño junto conmigo o, por lo menos, que no lo dejaran solo, los policías me esposaron y a empujones me montaron en un patrullero, cubierto únicamente con un pantalón sin permitirme siquiera vestir y calzar. En la unidad policial “Aguilera”, a donde me condujeron, el mismo policía me gritó delante de sus demás compañeros: “a ustedes los contrarrevolucionarios hay que matarlos a palos”. Durante los interrogatorios los oficiales de la seguridad aclararon que el asalto al domicilio y mi arresto se debían a que horas antes había puesto en postes del tendido eléctrico tres pegatinas con la palabra CAMBIO. Hecho curioso resulta que esa misma pegatina está colocada en el exterior de la puerta de mi casa desde hace más de un año y jamás constituyó delito. Los agentes no refirieron en ningún momento cuál artículo del código penal violé con poner las pegatinas en los postes. En horas de la mañana me soltaron y al llegar a la casa supe que los vecinos, aterrados por el aparatoso despliegue policial pero sensibilizados por la situación del niño, buscaron a su mamá. La mamá encontró la casa cerrada y cuando pudo entrar rompiendo la ventana del baño, halló al niño dormido y un fuerte olor a gas, pues los policías antes de irse abrieron la llave del fogón y después le cerraron la puerta al niño. En la zona del Vedado, sobre la 1:00 de la tarde del mismo día, se me acercó un policía de uniforme y sin identificación, me pidió que lo acompañara mientras comunicaba por la radio que ya tenía al objetivo. Minutos después me montaron en un auto patrullero y me llevaron para la estación de “Aguilera”. En la estación volví a ser encerrado en calabozo y por la madrugada sometido a interrogatorios. En la tarde del día siguiente me soltaron sin ofrecer explicación alguna. Solo se limitaron a decirme que me podía marchar. Resalta en los hechos, el habitual patrón delictivo en la práctica de la seguridad del estado: Allanamientos de morada en horarios ilegales, de madrugada, y sin orden de registro ni de detención, arrestos arbitrarios que no se sustentan en la comisión de delito alguno, despliegue y uso de fuerza injustificados, anonimato e impunidad de agentes que no se identifican y hasta ocultan sus placas de identificación. En este caso, además, la crueldad de abandonar en un apartamento, encerrado y con la llave de gas del fogón abierta, a un inocente niño de 5 años de edad. Tentativa de Asesinato a mi niño que concuerda con las amenazas reiteradas de matarnos a mí y a mi familia. Nuestra familia ha sufrido 10 actos de repudio organizados por la seguridad del estado, con amenazas de linchamiento y total impunidad de los agresores. En marzo de 2005 me dirigí a usted porque fui víctima de allanamiento de morada y agresión física con lesiones por golpes y herida con arma blanca. El principal agresor fue el Sr. Alexander López Meriño, funcionario jefe de servicio del Partido Comunista del municipio 10 de Octubre, y hasta esta fecha usted no ha cumplido su deber de castigar e impedir tales DELITOS. Espero que en esta ocasión usted cumpla con su obligación de imponer justicia procesando a los culpables y de garantizar protección legal a todo ciudadano, sin discriminación por opiniones políticas. Encerrar a un niño y abrir la llave de gas del fogón recuerda a los niños judíos que murieron en las cámaras de gas nazis. No sea cómplice de esos horrores.
El Dr. Darsi Ferrer Ramírez, su esposa Yusnaimy y su niño de cinco años que fué objeto de una tentativa de asesinato dejado encerrado en su habitación con la llave del la cocina de gas abierta por la policía cubana que a su vez fué ordenada para tal crímen por la Seguridad del Estado Cubano.
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