No olvidéis a aquellos que están prohibidos en Cuba Publicado por KIC el 30 de septiembre de 2016
El gobierno sueco ha decidido impulsar una estrategia de ayuda exterior para Cuba que incluye 90 millones de coronas hasta el año 2020. Estos fondos, puntualiza el gobierno, van dirigidos a apoyar reformas estructurales y a fortalecer la democracia y los derechos humanos. La estrategia está basada en un previo acuerdo con Cuba, en un memorando de entendimiento donde los temas de cooperación incluían reformas económicas y cuestiones de igualdad de género y derechos humanos. El gobierno sueco aclara que sigue trabajando por que la cuestión de los derechos humanos sea tenida en cuenta en el acuerdo bilateral que se está ultimando entre Cuba y la Unión Europa.
El Centro Internacional Demócrata Cristiano (KIC en sus siglas en sueco) quiere que ver un diálogo directo, honesto y transparente con el régimen cubano, y acoge las medidas adoptadas en la dirección correcta para los cubanos. Por desgracia, estas medidas no son suficientes cuando se trata de los derechos y libertades fundamentales, en particular en cuanto a los derechos políticos y civiles. No hay que olvidar que Cuba es un estado unipartidista, donde no se han producido elecciones libres y justas desde hace décadas y donde las libertades de expresión y asociación son inexistentes. Si bien, el régimen ha evitado los largos encarcelamientos de épocas anteriores, lleva a cabo ahora otro tipo de métodos que incluyen las detenciones arbitrarias de diferente duración y los actos de hostigamiento sobre aquellos que pretenden conformar algún tipo de opinión.
KIC acoge pues los pasos adoptados para fortalecer el respeto por los derechos humanos y la sociedad civil independiente cubana, pero estas iniciativas no deben enmarcarse en la definición que sobre estos conceptos tiene el régimen de la isla. Las organizaciones no gubernamentales que trabajan por una mayor libertad, en contra de la represión y a favor de los derechos humanos -como son definidos en la Declaración de la ONU-, no son permitidas por el régimen cubano. Por lo tanto, estas organizaciones no serán tenidas en cuenta en la cooperación a menos que el gobierno sueco trabaje para ello. Es por esta razón que el gobierno tiene que tener muy claro que en este apoyo no se deben excluir las organizaciones cubanas no gubernamentales. Si no se tiene en cuenta, esta ayuda carece de credibilidad pues es imposible creer que una sociedad con un clima económico más abierto vaya a implicar necesariamente mayores derechos y libertades para su pueblo. Las políticas hacia China y Vietnam son claros ejemplos de ello.
Sabemos que hay organizaciones que continúan luchando por una Cuba libre, abierta y democrática. Una Cuba donde la gente pueda expresar sus creencias y opiniones y elegir libremente a sus representantes en elecciones abiertas y justas. Queda todavía un largo camino por recorrer y, por ello, todos los esfuerzos de la comunidad internacional deben estar dirigidos hacia esa meta.
El Centro Internacional Demócrata Cristiano (KIC)
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