¡Pobre Patria Mía! Por: Rafael Azcuy González 7 de agosto de 2016
Foto: Yusnaby Pérez
¡Qué tan bajo ha caído la Patria! .Ha tocado fondo en una crisis general que abarca todos los aspectos desde la sociedad hasta el medio ambiente. Espanta y sobrecoge el ánimo ver las imágenes que a diario trasmite la televisión o ver los documentales que de allá vienen: pueblos descoloridos y semiruinosos. La Habana parece una ciudad bombardeada, como aquella Varsovia arrasada por los nazis y los rusos: La suciedad por todas partes, la pobreza sórdida, casas y edificios en inminente derrumbe; peces inmundos llamados clarias, traídos por los Castro , ahora aparecen hasta por cloacas y alcantarillas; sexo en plena calle a la luz del día como si la barbarie y la incivilización nublaran el azul cielo de la Perla de las Antillas.
Golpizas a mujeres y a hombres, protestas en las calles. Se oye ya casi a diario el grito que desde la tiranía de Machado se ha escuchado en Cuba: ¡Abajo la dictadura! Figuras de la música, el cine y el deporte mundiales quieren ahora conocer la Isla, filmar películas, presentar conciertos, hacer videos, celebrar encuentros deportivos, así como degustar la comida prohibitiva para el pueblo en las paladares. Vienen a continuar sus bacanales sin importarles el dolor de un pueblo martirizado por casi ya 60 años. Ninguno hace declaraciones a la prensa sobre la situación de abandono total en que está el pueblo cubano, carente de las libertades más esenciales de los seres humanos, en medio de una hambruna y una carencia absoluta de todo lo esencial para vivir, que obliga a jugarse la vida a miles de compatriotas en éxodo constante por las selvas centroamericanas o por el Estrecho de la Florida.
Disidentes que arriesgan la vida en huelgas de hambre y sed desafiando a la camarilla asesina que desgobierna el país y que esconde sus cabezas como avestruces para no ver ni escuchar el reclamo de todo un pueblo cansado ya de ser esclavo. La leche para todos los cubanos prometida por el general sin combates hace casi diez años fue otra de las grandes mentiras del régimen que igual prometió un socialismo sustentable y eficiente. Resulta que ahora hasta los aeropuertos tienen que ser administrados por capitalistas para poder ser eficientes. Ya no se atreven a hablar ni en la luctuosa fecha del 26 de julio y ponen a uno de sus incondicionales testaferros a pedir más sacrificios, a otros los sacan de circulación como al señor Eusebio Leal, historiador de la Ciudad de La Habana, que confesó desvergonzadamente hace unos años, en plena Asamblea Nacional del Poder Popular, que Fidel era el padre de todos los cubanos.
Ya no se atreven a visitar los casos de derrumbes de edificios en la Habana Vieja por temor a lo que pudiera suceder, tampoco visitan las provincias en recorridos para evaluar cómo se encuentran. Están “encuevados” como decimos los cubanos, quien no la hace no la teme. Se les está viniendo encima el ALBA con el socialismo del siglo XXI que propagó el señor Chávez: todos se convirtieron como por arte de magia en corruptos bandidos y depredadores (Chávez, Cristina Fernández, Ignacio Lula, Dilma Rouseff, Maduro, Ortega).
Todos los días me hago esta pregunta: Cada vez que por las mañanas Raúl- nombrado por su propio hermano presidente y general de ejército- se viste su estrellado uniforme verde olivo, no llegará a preguntarse, aunque sea una sola vez, que de dónde emana la autoridad que ahora tiene, un presidente que no fue elegido por el pueblo, que no es capaz de garantizar ni tan siquiera la leche de los niños cómo puede pararse o ir a ninguna parte a presumir de que es el jefe del gobierno, con qué fuerza moral, luego de haber devastado a todo el país. Será quizás por las casi 200 personas que fusiló en Santiago de Cuba al alborear el triunfo revolucionario en 1959. Este general sin batallas que pasó la guerra civil contra Batista en el II Frente Oriental, paseando en un jepp con Vilma Espín para arriba y para abajo, mientras mandaba a pelear a Efigenio Ameijeiras, a Belarmino Castilla, a Felix Pena, a Lussón y a Tomasevich. Oí decir hace poco que Nuñez Feijó el presidente de la Xunta de Galicia lo quiere nombrar hijo ilustre de la región y además quiere dedicar un museo a los hermanos Castro: Ante tanta adversidad, víctima de un destino inmerecido, no podemos dejar de exclamar: ¡Pobre Patria mía!
Rafael Azcuy González es historiador, periodista, museólogo. Cristiano Evangelista. Exiliado en España. Reside actualmente en los Estados Unidos. Es colaborador de esta web: cubademocraciayvida.org
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