Petróleo vs agua: a un paso de la catástrofe Tercer reportaje investigativo sobre la contaminación de acuíferos en Cuba Por Ernesto Pérez Chang Cubanet 25 de agosto de 2015
LA HABANA, Cuba.- De todas las fotos que se han tomado del exuberante paisaje de Bacunayagua, en el litoral norte de la actual provincia de Mayabeque, ninguna es tan impresionante como esa imagen satelital que muestra una mancha negra cubriendo la desembocadura del río y ensuciando las arenas de las playas cercanas.
El 14 de septiembre de 2008, un camión cisterna de la empresa Cuba Petróleo (CUPET) se accidentó en los alrededores de la planta de ENERGAS en Boca de Jaruco y vertió 145 m3 de crudo pesado a los ríos cercanos, produciendo afectaciones graves en especies de corales, en los peces y la vegetación marina, así como a bañistas, embarcaciones e instalaciones marítimas, según se advierte en informes de instituciones científicas cubanas que se muestran preocupadas por el impacto negativo de las industrias asociadas a la perforación y extracción de petróleo en esa zona costera.
Los resultados de varios estudios medioambientales realizados en el área, así como los testimonios sobre afectaciones a los habitantes de los poblados de Boca de Jaruco y Santa Cruz del Norte, contrastan con el discurso entusiasta de la prensa oficial que solo se limita a publicar datos de producción y notas informativas sobre nuevas inversiones y proyectos, así como a informar sobre los desastres ecológicos de la industria petrolera en el resto del mundo, menos en Cuba, donde pareciera que todo está bajo control.
En los medios de difusión locales, como Radio Santa Cruz del Norte, hasta cuentan con programas divulgativos sobre las bondades de una industria cuyo manejo irresponsable pudiera derivar en consecuencias catastróficas para la salud humana. Sin embargo, nada se habla de la pésima calidad del aire y su relación con el aumento de las enfermedades respiratorias tanto en niños como en adultos ni del daño ocasionado a los acuíferos locales ni de la responsabilidad que tienen las industrias en el agravamiento de la situación de carencia de agua potable tan denunciada por la población.
Por el contrario, mientras el Instituto de Recursos Hidráulicos advierte sobre los efectos de la sequía en el territorio y sobre la tragedia que habrán de enfrentar en poco tiempo, el órgano oficial del Partido Comunista publica notas, como la del 15 de enero de 2015, donde celebra el comienzo de la aplicación de técnicas de extracción por parte de la Empresa Petrolera Boca de Jaruco que comprometen en el proceso elevadísimos niveles de agua en forma de vapor.
Derrame de lodos en las aguas próximas a ENERGAS (foto cortesía del autor)
¿De dónde sacarán el agua necesaria?, ¿qué consecuencias negativas tendrá ese proceso que pudiera agravar más la situación de las aguas subterráneas o que hasta amenaza con debilitar los suelos?, se preguntan algunos periodistas en medios de prensa independientes, mientras decenas de estudios científicos de instituciones cubanas han sido desoídos o silenciados por los patrocinadores de un proyecto que se realiza en conjunto con empresas rusas y chinas que, como es sabido, no se caracterizan por ser cuidadosas con el medio ambiente.
En el trabajo “Principales problemas ambientales que afectan al municipio Santa Cruz del Norte” [1], discutido en el IX Congreso Cubano de Geología, celebrado en 2011, los autores presentaron un informe detallado sobre el grado de vulnerabilidad de esta región de Mayabeque donde las aguas subterráneas ya se han visto afectadas tanto por la intrusión marina como por las industrias allí establecidas, lo que reduce el volumen de las reservas de agua potable.
Dice muy claramente el estudio: “Las fuentes de contaminación del agua provienen de los sectores minero, industrial y doméstico. La contaminación del agua por este tipo de efluentes tiene un impacto negativo sobre actividades productivas importantes para el municipio como la pesca o la agricultura, además, el deterioro del recurso hídrico tiene un impacto en la calidad de vida de las personas y el deterioro de los ecosistemas”.
Y continúa más adelante: “Esta contaminación se encuentra representada fundamentalmente por derrames de petróleo originados durante el proceso de extracción-transporte, que incluye la disposición de lodos de perforación, emisiones de gases con olores indeseables, contaminación con polvo de los caminos y pasivos ambientales en general”.
Se sabe, por testimonios de los propios pobladores, que toda la actividad pesquera del territorio desapareció con la llegada de las empresas petroleras. Muchos hombres y mujeres, familias completas, que durante años vivieron del mar, debieron abandonar sus oficios debido a que los territorios de pesca se han visto afectados por la contaminación.
La agricultura es otro sector que se ha visto seriamente comprometido por el incremento de las emisiones de gases y las partículas de los materiales en el aire, mientras que la contaminación odorífera ha vuelto prácticamente inhabitables grandes zonas urbanizadas.
Existen estudios que advierten sobre la mala calidad del aire tanto en el territorio como en el resto de las regiones industrializadas de Cuba y que además reconocen que no son suficientes las capacidades nacionales para la evaluación de cuán nociva puede ser esta realidad [2].
Una de las grandes piscinas de CUPET para los desechos de extracción en los alrededores de ENERGAS (foto cortesía del autor)
Durante años, tanto los pobladores de Santa Cruz del Norte como los de Boca de Jaruco se han quejado a las autoridades de esta situación pero los estudios oficiales, llevados a cabo por la propia CUPET solo han sido encaminados a librar de responsabilidades a las empresas petroleras y las medidas adoptadas no pasan de ser simple maquillaje mediático como se infiere de las contradicciones que surgen al contrastarlas con las investigaciones realizadas por los científicos de las propias instituciones oficiales y cuyos trabajos, al parecer, no son tenidos en cuenta.
Mientras un informe del año 2009 [3] para la ejecución de un proyecto perteneciente a CUPET que recuperaba una antigua mina abandonada con el fin de transformarla en un extenso vertedero de lodos pétreos y desechos de extracción (las llamadas piscinas) aseguraba que no existía peligro de filtración de sustancias tóxicas hacia el subsuelo; otro estudio anterior [4], del año 2002, presentado en La Habana, en el II Seminario-Taller sobre Protección de Acuíferos, evaluaba la vulnerabilidad a la contaminación por hidrocarburos en los acuíferos cársicos costeros en el litoral norte de La Habana-Matanzas.
Los autores del trabajo, pertenecientes al Grupo de Aguas Terrestres del Instituto de Geofísica y Astronomía, habían determinado en sus comprobaciones que algunas áreas de la localidad eran “de vulnerabilidad muy alta, con puntos críticos” que absorbían las aguas superficiales y las infiltraban en el acuífero. También se señalaba en el estudio, como principales fuentes contaminantes, los “hidrocarburos y gases acompañantes de los procesos de extracción y disposición, así como de transportación por medio de un oleoducto que cruza paralelo al eje longitudinal del territorio y la costa”.
En la investigación, los autores resaltaban la importancia del acuífero para la región y el impacto negativo de la contaminación para los “diversos ecosistemas que tienen su sustento sobre la presencia y calidad de las aguas subterráneas”. También existen otros estudios que hablan de la cavernosidad de los terrenos así como de la sismicidad de la región [5], que pudiera agravarse con métodos de extracción como esos que infiltran agua o vapor en los pozos envejecidos.
No obstante, el proyecto del vertedero de lodos en las inmediaciones de ENERGAS fue ejecutado y, aunque se aseguraba su carácter inocuo, se ha comprobado que la obra es un verdadero desastre ecológico.
Varios estudios han abordado el problema y hasta han documentado con imágenes el verdadero impacto de la obra. En el informe ya citado líneas arriba, “Principales problemas ambientales que afectan al municipio Santa Cruz del Norte” se puede leer lo siguiente:
Una de las grandes piscinas de CUPET para los desechos de extracción en los alrededores de ENERGAS (foto cortesía del autor)
“Es manifiesta la tendencia a la acumulación, creación y ampliación de vertederos y no al tratamiento y recuperación. (…) Al Suroeste de la Planta de ENERGAS SA se ubican los depósitos de lodos de perforación perteneciente a CUPET. Este sistema constituido por unas 7 piscinas con dimensiones y formas variables (100 x 50, 50 x 25 metros) acumulan un importante pasivo ambiental. Están interconectadas y por gravedad la capa de petróleo fluye en dirección al Oeste. En los alrededores de la Planta de ENERGAS en Boca de Jaruco, se detectaron varios puntos, todos relacionados con antiguas perforaciones y pozos abandonados o depósitos que han colapsado (pasivos ambientales). De estos, el más grave es el ocurrido al Sur de ENERGAS, en las piscinas de lodos, que contaminó los suelos e inutiliza la posibilidad del uso industrial de las aguas subterráneas en la planta. (…) Los lodos de perforación, así como otros residuos oleosos y sus depósitos se han convertido en amplias zonas de acumulación de este pasivo ambiental y representan las fuentes más peligrosas de contaminación a las aguas (…). Las grasas y sus derivados petrolizados flotan por encima del agua dulce, contaminando los acuíferos e impregnándose en los poros, grietas y cavidades de las rocas que los contiene lo que incrementa la duración del periodo de eliminación, aumentando el riesgo de problemas medioambientales”.
En el estudio también se denuncia la polución de los aires y el despilfarro del agua potable en obras relacionadas con la industria minera: “Adicionalmente a la contaminación provocada por las emanaciones de gases de las torres de petróleo y de los aerosoles marinos, se detectó en los caminos que circundan la Planta [se refieren a ENERGAS] una fuerte contaminación con material particulado suspendido en el aire. El polvo que el viento de dirección NE levanta y deposita en los bordes de los caminos en los que la vegetación muestra un color blanco. Estos caminos son rociados eventualmente con agua por medio de camiones cisternas para mitigar esta situación. El agua utilizada para estos fines es agua dulce, recurso escaso en la zona y que es tomada inadecuadamente de la estación de bombeo del Cayuelo”.
A pesar de tales pruebas irrefutables, CUPET desarrolla sus propias “investigaciones” donde siempre termina librándose de la culpa o traspasándola a otros, como se puede apreciar en un estudio desarrollado por investigadores de la empresa, a partir de las denuncias sobre emanaciones de gases tóxicos cercanos a las instalaciones de la ronera de Santa Cruz del Norte, donde se produce el Havana Club. [6]
Aunque todo hacía sospechar que los gases provenían de los procesos de extracción de los hidrocarburos, CUPET logró “demostrar” que las emanaciones eran el resultado de la fermentación bacteriana de los grandes depósitos de mostos acumulados durante años por la industria ronera. Se lee en el informe:
“Los argumentos anteriores permitieron rechazar la hipótesis que planteaba que las emanaciones gaseosas tenían un origen petrogénico; por tanto las emanaciones gaseosas son producto de la acumulación del residual, en cavernas desarrolladas de forma natural. (…) Lo expuesto anteriormente y los resultados de los análisis de las muestras de gases, nos permitió concluir que la presencia de gas sulfhídrico y los ligeros contenidos de dióxido de carbono y metano son debido a una fermentación no controlada en un medio ácido”.
Foto satelital. El derrame de 2008 transformó el río Bacunayagua en una gran mancha negra (foto cortesía del autor)
Sin embargo, llama la atención que en el propio estudio de CUPET termina reconociendo la fragilidad de los suelos donde operan sus industrias, algo que no es motivo de alarma en otros informes para ejecutar proyectos que pueden amenazar las aguas subterráneas, como las piscinas de lodo, o afectar la sismicidad de la región, como la inyección de agua y gases en la roca: “La zona presenta un basamento rocoso que permite muy fácilmente la infiltración de los residuales, y que ha sido y es muy carcificable por la naturaleza y el hombre. (…) La incorporación de los residuales (por la infiltración) hacia el subsuelo ha provocado una degradación de la calidad de las aguas y un aumento de su agresividad”.
Entonces, ¿a quién creer?, ¿a los científicos que avizoran un desastre o al discurso oficial donde se afirma que todo está bajo control y que la industria petrolera en Cuba nada tiene que ver con el panorama devastador de otras regiones? Como es usual en las naciones donde el cumplimiento de la ley y el respeto a los derechos humanos son asuntos muy relativos, toda la información verídica, comprometedora, relacionada con el impacto negativo de una empresa de gran importancia económica, es de dominio exclusivo de unos pocos que se encargan de manipularla siempre a favor de las ganancias personales.
Referencias:
[1] López Kramer, Jesús Manuel, Efrén Jaímez Salgado, Ernesto Rocamora Álvarez, Katia del Rosario, Idelfonso R. Díaz Barrios y Bárbara Polo González: “Principales problemas ambientales que afectan al municipio Santa Cruz del Norte, provincia Habana, Cuba”, Instituto de Geofísica y Astronomía. IX CONGRESO CUBANO DE GEOLOGÍA (GEOLOGIA 2011). Memorias en CD-Rom, La Habana, 4 al 8 de abril de 2011. ISBN 978-959-7117-30-8. Véase, además: Gutiérrez Delgado, Alina Rita y Amaury Álvarez Cruz: “Contaminación por hidrocarburos en la costa noroccidental de Cuba (Boca de Jaruco) basada en simulaciones numéricas”, Instituto de Oceanología. Revista Cubana de Meteorología, vol. 20, no. 2, jul – dic., 148 – 164, 2014.
[2] Véase al respecto: Romero Placeres, Manuel, Maricel García Melián y Mireya Álvarez Toste: “Principales características de la salud ambiental de la provincia La Habana”, Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología. En: Revista Cubana de Higiene y Epidemiología, 2011; 49(3): 384-398. Además: Turtos Carbonel, Leonor Maria, Elieza Meneses Ruiz y Enrique Molina Esquivel: “Modelación de la contaminación atmosférica y valoración de impactos epidemiológicos y externalidades asociadas a instalaciones energéticas e industriales”, Centro de Gestión de la Información y Desarrollo de la Energía. En: Revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba. Vol. 4 no. 2, año 2014, 1.
[3] Palacios, F.M., et al.: “Impacto ambiental de un vertedero para la disposición final de desechos petrolizados”. Centro de Ingeniería y Manejo Ambiental de Bahías y Costas (CIMAB), 2009.
[4] Rocamora Álvarez, Ernesto, Leslie Molerio León, Mario Guerra Oliva y Julio C. Torres: “Evaluación de la vulnerabilidad a la contaminación por hidrocarburos de los acuíferos cársicos costeros en un sector del litoral norte Habana- Matanzas, Cuba”. Grupo de Aguas Terrestres del Instituto de Geofísica y Astronomía. Ponencia presentada en II Seminario-taller. Protección de Acuíferos frente a la Contaminación: caracterización y evaluación. Ciudad de La Habana. Abril, 2002.
[5] López Kramer, Jesús Manuel et al.: “Caracterización geoambiental del municipio Santa Cruz del Norte, Provincia Mayabeque, Cuba”. En: Ciencias de la Tierra y el Espacio, julio-diciembre, 2012, Vol. 13, No. 1, pp.22-35, ISSN 1729-3790.
[6] Ulloa, Diego R.; Francisco Benítez, Ana Luisa Sotolongo, Manuel Hernández, Julio Camacho Martínez: “Diagnóstico ambiental de la ronera Santa Cruz bajo la óptica del análisis geoespacial”, Departamento de Geofísica de Pozos, Empresa de Geofísica, CUPET y Agencia de Estudios y Soluciones Ambientales, DEMA, GEOCUBA I.C.
Artículos relacionados: ¿Cáncer por altos niveles de metales en embalses? I y II
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