Entrevista con José Vilasuso Rivero. Por el periodista Emiliano Pérez Castellanos.
Cómo percibe usted la estrategia de Estados Unidos respecto a Cuba en este instante.
Es muy simple, de ellos no se puede colegir una estrategia de mayores alcances. No estamos ante una primera potencia mundial dotada de verdaderos líderes, hombres con ideas y mucho menos originales. Hoy no tenemos un Roosevelt, Nixon, Reagan y hasta cierto punto un Kennedy, mucho menos un Jackson. o Lincoln. Hoy gobierna la mediocridad, la tecnología y repetición de políticas trazadas. Luego entonces, la actual administración se conforma con la vaga esperanza de que una vez abierto el flujo de visitantes a Cuba traerá cambios en las perspectivas del pueblo pues esta avalancha humana constante traerá prosperidad, información, intercambios, cubanos que podrán viajar al exterior y comprobar que el mundo moderno no es lo que la censura oficialista les ha pintado durante décadas, etc
¿No cree usted que eso es positivo, profesor?
Tiene sus aspectos positivos; pero son migajas y no una perspectiva digna y de libertad e igualdad. Mientras esto ocurra conforme a la realidad actual el pueblo seguirá bajo la represión, el adoctrinamiento ideológico, y estancamiento enraizado en que pervive. No habrá cambios de verdadera apertura, ni el clima de legalidad indispensable para el desarrollo de la libre empresa, los derechos sindicales, y demás derechos humanos. Ahora pongo por caso el régimen pretende controlar las inversiones basado en la propiedad del 51 % de las acciones en las empresas como actualmente han aceptado ciertos hoteleros dejando a los obreros a merced del gobierno quien cobra al inversionista, se toma la mayor parte del salario, y paga el remanente al trabajador, esa es la peor explotación, la del hombre por el estado, como igual hace con los médicos.
¿No cree que eso a pesar de todo cambiará la mentalidad de muchos cubanos?
La ha de cambiar, sin duda, pero a qué precio. Le cito otro ejemplo. Todos hemos contemplado en número de personas recién vestidas con la bandera de Estados Unidos. Esto significa mucho. El cubano bajo la censura y el adoctrinamiento ideológico que, hasta ayer creyó o se hizo el que creía que los americanos son los causantes de todos los problemas del mundo; de repente pueden ser ésos que visten con la bandera de Estados Unidos. Esto no es modelo de nada sano sino de aprovechadores y personas sin convicción ni principios: hoy aplauden a éste y mañana a su adversario, bracean bajo el sol que más los caliente. La Cuba que los Estados Unidos aceptan ahora es una sociedad de cipayos a la caza del dolar y en eso han de coincidir buena parte de los sucesores en el poder, los herederos castristas amigos del gringo pero sosteniéndose en el gobierno de manera totalitaria sin pena ni gloria. Ese cuadro es una bofetada a la memoria de José Martí, Carlos Manuel de Céspedes, José Antonio Echevarría, Hubert Matos, Jorge Más Canosa, Pedro Luis Boytel y la pléyade honrosa que hizo la nacionalidad cubana.
¿Qué se pudiera hacer entonces?
Mucho, antes que nada originalidad, cambiar actitudes, ofrecer panoramas nuevos que amplíen y diversifiquen los enfoques.
¿Por ejemplo?.
Mire, si las mismas energías que tanto americanos como cubanos que les siguen los pasos, gastan en repetir consignas elaboradas en La Habana creyéndose así ganar méritos de izquierdosos. Si esas mismas energías, recursos, etc, se emplearan en demandar los derechos humanos en Cuba las perspectivas internacionales sobre el caso variarían, Castro se vería en serio apuro. En vez de la víctima del terrible "imperialismo yankee" que el New York Times nos acaba de presentar, se comprobaría al sátrapa conculcador de los derechos más elementales de cualquier sociedad moderna. Todo depende del alcance del mensaje.
Pero hoy Washington acaba de protestar por la detención de 90 disidentes y damas de blanco el fin de semana, profe.
Cierto, pero no es suficiente, pocos se enterarán, De inmediato se requieren artículos, declaraciones, reportajes masivos en los medios de los cinco continentes, y emplazar a los gobernantes latinoamericanos, por ejemplo, para precisarlos a una definición. Se trata de verdaderas campañas permanentes en las que tanto Castro como los ejecutivos latinoamericanos se vean descubiertos en el rol reaccionario que han adoptado. No es labor de un día. La democracia debe ser militante y tomar la iniciativa. Mire, las Damas de Blanco, Gorki, Guillermo Fariñas, Tania Bruguera y otros disidentes originales, son personalidades atractivas internacionalmente; si el mundo los conociera seguramente Castro no podría reprimir y censurar con la impunidad que hoy lo hace.y muchos Maradonas o Lula Da Silva, se cuidarían de defenderlo pues sólo risa y bochorno causarían. Hay más. Si la democracia estuviera preparada para enfrentar la propaganda castrista, hoy mismo leeríamos en la prensa internacional incontables declaraciones y otras muestras de apoyo al señor Kerry que forzarían al régimen habanero hacer algo positivo o al menos cuestionarse esa barbarie emprendida contra opositores pacíficos que, desde que comenzaron las conversaciones se ha recrudecido de manera alarmante. Vea esto, cuando en Argentina las Madres de la Plaza de Mayo protestaban por las violaciones de derechos humanos en el mundo entero encontraban solidaridad. Esto no sucede con las Damas de Blanco que al contrario de las Madres de la Plaza de Mayo, no procuran la violencia, ni la desestabilización del gobiermo castrista, ni usan lenguaje impropio. Ah pero el New York Times, Ap, CNN, etc han sido y son solidarios con las activistas argentinas por constituir la llamada izquierda. Todo es una postura, no un reclamo de justicia, pues sabemos que tanto la dirigencia de Las Madres de la Plaza de Mayo como el gobierno peronista apoyan incondicionalmente la dictadura y censura castrista. Cosa que si se hiciera pública en su debida dimensión haría reflexionar y algo cambiaría.
Profe, pero el Times no siempre ha apoyada a los Castro.
Tiene usted razón, pero sí lo hace en este momento, de ahí nuestra protesta. Ya hemos dicho que adopta actitudes cambiantes. En este momento el mundo debe saber que El New York Times con sus afirmaciones en torno a las regulaciones comerciales USA CUBA, lanza otra cortina de humo apoyando de hecho la represión brutal de Seguridad del Estado contra las negritas cubanas que valientemente piden en las calles de La Habana los mismos derechos de que el Times goza en el mundo libre. Esto se debe saber a todo nivel internacional para desenmascarar una contradicción y bochorno internacional. . .
poetamedioloco@yahoo.com
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