¿Es el socialismo libertad?. Por Jorge Hernández Fonseca.
Al fin aparece un artículo de corte teórico sobre el problema político cubano declarándose “socialista” y opositor al mismo tiempo. Escrito por Pedro Campos y que titula nada menos que “Socialismo es Libertad” título que aprovecho para ponerlo en dudas en el encabezamiento de este análisis que pretende aportar puntos de vista para una discusión civilizada sobre el tema.
No voy a usar el método castrista y “revolucionario” de comenzar a criticar a Pedro Campos en lo personal, o por sus defectos humanos --que todos tenemos-- como tampoco por aspectos que nada tienen que ver con sus puntos de vista escritos en el artículo que pretendo analizar.
En primer lugar, debemos respetar la semántica, la filología y el significado de las palabras. Fidel Castro y todos sus seguidores dicen que están “construyendo” el socialismo, que la revolución cubana es socialista, como la Unión Soviética y todos sus satélites europeos eran el Campo Socialista. Pedro Campos en su artículo dice que no, que la Cuba actual no es socialista, sino que eso es “marxismo”, definido por él como una “interpretación ignorante y oportunista del socialismo” del cual él dice que es “una emancipación plena del ser humano”.
En estas condiciones es muy difícil ser entendido, como me ha ocurrido a mí con el artículo de Campos. Si lo que todos hemos admitido hasta ahora no es como se dice, entonces no hay “reglas de juego” para poder analizar, juzgar y ni siquiera entender. En estas condiciones habría que esperar porque Campos escriba su tratado de lo que él considera como socialismo, porque en su artículo no cita ni siquiera uno de los clásicos de lo que él llama “socialistas originales”. Aquí hay una confusión semántica que él crea diciendo: “los que se dicen socialistas realmente no lo son”. Además no sabemos si la palabra “originales” significa “creativos” (Silvio Rodríguez es creativo) o se refiere a los primeros que adhirieron al socialismo en sentido histórico.
En segundo lugar, en un análisis así, después del fracaso socialista, es muy complicado de comprender la ideología que Campos defiende, sin una autocrítica inicial donde quede claro lo que se entiende por socialismo (verdadero) y lo que se entiende socialismo (falso), diciendo además cuales son sus diferencias y porque el socialismo (verdadero) --el de Campos-- no va a fracasar y porque el socialismo (falso) –el de los hermanos Castro-- fracasó. No tiene mucho sentido, como lo hace Campos al inicio de su artículo, asociar el capitalismo actual al socialismo (verdadero), porque implica desconocer la constante transformación histórica del capitalismo perfeccionándose, pero que continúa siendo capitalismo. Si el capitalismo de hoy es el socialismo (verdadero) que Campos defiende, ese sí sólo tiene un nombre: “capitalismo”: así que, bienvenido Campos al capitalismo, la forma más eficiente de generar bienes y servicios.
La verdad es que el capitalismo no lo inventó nadie, ni siquiera los capitalistas “originales” más explotadores. El capitalismo es un sistema económico de generar bienes y servicios, que aunque tiene consecuencias sociales, no es un sistema social. Ha devenido en el más eficiente modelo que la sociedad humana ha ido creado en el largo devenir histórico hasta hoy, para la producción de bienes y servicios a través de procesos de mejoras lentas (no revolucionarias) y continuas. Decir ahora que “eso” es el socialismo, después que el socialismo fracasó, es una burla y recuerda la frase más famosa de una película de mafiosos: “no insultes mi inteligencia”.
Campos erra cuando habla de “sociedades capitalistas clásicas”. Eso no existe. Existen clásicos del capitalismo, que junto con Adam Smith escribieron sobre las motivaciones antropológicas del ser humano, pero en el sentido de describir un fenómeno que ya se había impuesto en las transacciones económicas, sin querer resolver los problemas sociales, personales o políticos que ellos generaban, como pretendieron hacer mucho después los socialistas, marxistas o no. Adicionalmente, esos clásicos aún están vigentes, no por visionarios, sino por analíticos, como están aún vigentes algunos estudios de Marx sobre el capitalismo, no así sobre el socialismo.
Todo el esfuerzo que Campos hace en su artículo para enaltecer los sistemas cooperativos y el desarrollo de los medios de producción actuales es loable. Lo que es criticable es hacerlo tratando de decirnos que eso es socialismo y no el desarrollo natural del “viejo y buen capitalismo”, que no es dogmático y que nunca trataría de robarle el nombre a otro sistema económico, simplemente porque no le debe nada a nadie, ya que es un derivado de la naturaleza humana, que se ha ido desarrollando y mejorando en un proceso evolutivo y natural.
El socialismo es por naturaleza la superposición de los intereses sociales sobre los individuales y como tal engendró una diferencia artificial, ya que el propio Adam Smith había hecho énfasis, en uno de sus postulados, que “el ser humano, buscando su interés económico personal, terminaba satisfaciendo intereses sociales, como una mano invisible”. La superposición de “lo” social sobre el hombre --ser humano único y trascendente-- es lo que generó la teoría de la dictadura del proletariado, el partido único y todas las formas de imposición sobre el individuo.
Hasta el presente --e históricamente hablando-- el socialismo nunca ha sido libertad.
Artículos de este autor pueden ser encontrados Aquí.
Click aquí para que lea el artículo de Pedro Campos: Socialismo es libertad.
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