Entendiendo la maquinaria electoral ‘Cubanochavista’ Por Roger Noriega Inter American Security Watch 5 de mayo de 2013
Traducción por IASW de Miami Herald
A medida que se dan a conocer los hechos detrás de la “victoria” electoral fabricada de Nicolás Maduro, se ha ido desvaneciendo su legitimidad y capacidad de gobernar. Resmas de documentos oficiales confidenciales obtenidos de fuentes venezolanas revelan la existencia de una maquinaria política sofisticada- desarrollada y gestionada por asesores cubanos– que le da a los jefes chavistas una ventaja injusta en la movilización de votantes y en la manipulación de resultados.
Este complejo sistema fue desarrollado en los últimos años bajo la dirección de asesores cubanos que trabajaron con la línea dura de venezolanos formados en Cuba, relacionados con el “Frente Francisco de Miranda” y operados por una base de datos manejada desde Pinar del Rio, Cuba. El equipo electoral cubano está encabezado por Raciel García Ceballos, quien visita Venezuela semanalmente. He aquí cómo funciona el sistema diseñado por los cubanos:
Utilizando datos oficiales que se proporcionaron exclusivamente a los chavistas por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), se creó una base de datos que analiza a 18.9 millones de electores venezolanos y se hace una referencia cruzada con los más de 10 millones de venezolanos que dependen del gobierno para tener un trabajo, una casa, alimentación, salud, etc., a través de uno de sus numerosos programas sociales.
Los datos fueron ordenados para identificar la base solida chavista (alrededor de 5.2 millones de votantes) y aquellos cuya lealtad depende de las dádivas del gobierno (aproximadamente 2.7 millones). Este último grupo está dirigido por el equipo de movilización chavista, que puede accesar a la base de datos para saber dónde vive, trabaja y vota cada persona. Trabajando en colusión con el CNE, la maquinaria chavista también ha identificado a alrededor de 3,400 a 13,000 centros de votación del país donde se concentran sus esfuerzos de movilización de votantes. El CNE asigna a miembros bien entrenados del Frente Miranda a trabajar, no como observadores, sino como funcionarios electorales, para que ejecuten el proceso de votación en estos lugares.
Incluso antes de que los primeros votos fueran emitidos el 14 de abril, las autoridades electorales chavistas comenzaron a suprimir la participación de votantes al arbitrariamente reasignar a los residentes que viven en bastiones de la oposición a centros de votación lejos de sus hogares (se estima que alrededor de 1.2 millones de votantes se vieron afectados por esta táctica en octubre de 2012).
A lo largo de la jornada electoral, miles de chavistas bien entrenados reportaron y dieron seguimiento a la jornada electoral a través de mensajes de texto – que le daban a los líderes del partido los datos que necesitaban para evaluar si estaban obteniendo los votos de su base y para saber en que centros de votación se estaban quedando cortos. (Esta red también le permitió al equipo chavista saber que mesas de votación estaban desatendidas por los observadores de la oposición).
Si una zona específica no logra acaparar la cantidad anticipada de partidarios chavistas, el centro de comando – que depende de un servidor informático apodado “Roque 2″ – genera la información detallada para aquellos votantes específicos que aún tienen que visitar su centro de votación. El votante ausente es contactado por teléfono y el gobierno o los militares envían vehículos a sus casa o lugar de trabajo para transportarlos a los centros de votación.
El 14 de abril, todo estaba listo para asegurar una victoria electoral chavista, tal como la que se alcanzó el pasado octubre. Sin embargo, dicha maquinaria no pudo compensar el fracaso de Maduro para motivar a la base de su partido. En cambio, el sistema detectó una inminente derrota justo a tiempo para que las autoridades chavistas manipularan el voto – principalmente en los centros de votación donde sabían que los monitores de la oposición estaban ausentes.
Es significativo que desde la noche de la elección el CNE haya despojado de su sitio web de todos los informes a nivel de distrito. No obstante, los monitores de la oposición recolectaron hojas de recuento de al menos el 60 por ciento de los centros de votación, incluyendo algunas que muestran una caída de la participación electoral en los bastiones chavistas de 15 a 30 por ciento desde las elecciones del pasado octubre. Los informes de que el candidato opositor Henrique Capriles Radonski ganó en algunos de los barrios más pobres del país sugieren que Maduro fue derrotado.
El CNE se apresuró a rechazar la exigencia de Capriles Radonski de que se hiciera un reconteo de las papeletas. Efectivos militares uniformados comenzaron a quemar los materiales electorales y dispararon y golpearon a manifestantes pacíficos. El presidente de la Asamblea Nacional silenció a los miembros de la oposición y se apresuró a juramentar a Maduro. En los días posteriores a la votación, Capriles Radonski canceló abruptamente una concentración de la oposición ya que se señaló que los chavistas tenían la intención de infiltrar a agentes provocadores para incitar enfrentamientos y así crear un pretexto para la represión.
Fundamentándose en su fuerte rendimiento electoral, la gestión serena de la crisis post-electoral de Capriles Radonski contrasta con la retórica polarizante y violenta de Maduro. En la medida en que el fraude y la interferencia cubana se hagan públicas, es posible que la ilegitimidad y la incompetencia de Maduro hagan que el manejo de los múltiples problemas económicos y de seguridad del país se conviertan en una tarea demasiado complicada.
Incluso los chavistas – muchos de los cuales ya se sienten ofendidos por el papel de La Habana en la gestión de la sucesión post-Chávez – pueden llegar a optar por Capriles Radonski en la búsqueda de una solución a los serios problemas que aquejan al país.
El autor fue secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental y embajador ante la Organización de los Estados Americanos en la Administración del Presidente George W. Bush (2001-2005) y es un investigador visitante en el American Enterprise Institute. Su firma, Visión Américas LLC, representa a clientes estadounidenses y extranjeros.
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