El fundador del G-2 cubano, Ramiro Valdés, ordena detener a militares partidarios de Capriles en Fuerte Tiuna Leo Casino Varona El Diario de Tenerife 23/04/13
■Los medios venezolanos no hablan de este asunto por miedo a represalias. ■Valdés, comandante de la Revolución cubana, tiene 81 años y está más tiempo en Venezuela que en su país. Controla las fuerzas armadas
Caracas (Corresponsal).- Hay una rampa del aeropuerto de Maiquetía, en La Guaira, especial para los “viajeros” cubanos, muchos de ellos miembros del “G-2” (los servicios secretos de los Castro), desplazados a Venezuela para tomar posiciones en lugares estratégicos del país. Ocurre desde hace mucho tiempo.
El control de las fuerzas armadas lo encargó Chávez, por consejo de Fidel y Raúl Castro, a un viejo comandante de la revolución cubana –este título se concede sólo a unos pocos elegidos–, que acompañó en sus andanzas guerreras al Che Guevara y a Fidel, en Sierra Maestra. Se llama Ramiro Valdés y tiene 81 años, pero aún se conserva lúcido, como tantos viejos líderes de la Revolución que después de hacer la guerra contra Batista han trabajado más bien poco y han intrigado más bien mucho. Este personaje es uno de ellos.
Fundador del G-2, Ramiro Valdés tiene la misión de controlar las fuerzas armadas venezolanas, una vez que fue “licenciado” por los Castro. Su puesto de mando está en Fuerte Tiuna, donde se alberga la principal guarnición de Caracas, situado no lejos del palacio presidencial de Miraflores, en una amplísima extensión de terreno, la sede principal de las fuerzas armadas venezolanas.
Ramiro Valdés, ejerciendo casi como ministro de Defensa, es el que ha mandado detener en estos días a no menos de seis militares de medio y alto rango que discrepan con la política de los chavistas y han hecho comentarios en voz alta sobre la necesidad de respetar a la oposición de Capriles y de un juego limpio electoral.
Ramiro Valdés es quien impide que se ponga en libertad al principal preso político militar de Venezuela, el general Raúl Isaías Baduel, antes amigo de Chávez y mandado encarcelar por éste como venganza a que no estaba de acuerdo con sus métodos.
Baduel fue comandante general de las Fuerzas Armadas, es padrino de una de las hijas de Chávez y su amigo hasta que criticó sus métodos y perdió su favor. Acusado de irregularidades administrativas inexistentes, Baduel fue condenado a ocho años de prisión, de los que ha cumplido ya cuatro.
Y sigue en la cárcel, esta vez por orden de Ramiro Valdés. Parece increíble que estas cosas puedan ocurrir en un país que se dice democrático “convertido en una dictadura fascista”, como ha dicho el propio general Baduel desde sus 37 metros cuadrados de celda en una prisión militar.
Los medios venezolanos hablan poco de Valdés, por miedo a represalias. Es de los que no se andan con chiquitas y tiene pocos escrúpulos a la hora de mandar a la cárcel a la gente; y algo más. No lo pierdan de vista porque dará mucho que hablar en cuanto las fuerzas armadas manifiesten su incomodidad con lo que está pasando, algo que está ocurriendo ya, por lo que sabemos pero no se publica en los medios.
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