CUBA: Entrevista con Berta Soler. Por Juan Gonzalez Febles. juan.gonzlezfebles1@gmail.com
Cuba actualidad, Lawton, La Habana- Sobre Berta Soler pesa un gran legado. Ser portavoz y líder de Damas de Blanco conlleva la gigantesca responsabilidad de asumir la impronta, el carisma y el liderazgo de la ausente Dama de Cuba, Laura Pollán. Pero hasta hoy lo ha logrado.
La oposición interna sostiene opiniones encontradas y controvertidas sobre el accionar y las últimas posiciones sostenidas por la iglesia católica cubana o para decirlo mejor, su jerarquía nacional. Sobre este y otros tópicos de interés, conversamos en su acogedor y sencillo apartamento ubicado en la barriada habanera de Alamar. Para comenzar esta entrevista, formulamos la primera pregunta:
Periodista: ¿Cuál es la situación en que podría enmarcarse el accionar de la iglesia y su relación con Damas de Blanco y el resto de la disidencia y oposición interna cubana?.
Berta Soler: En los últimos tiempos, la iglesia católica no ha respondido de acuerdo con las expectativas más generales. Quiero decir, la jerarquía de la iglesia católica no ha jugado el rol que debió jugar de acuerdo con la doctrina social de la iglesia. Esta doctrina, al menos en Cuba, no ha recibido seguimiento. Quiero decir, apoyo, amparo y velar con sentido de compromiso, por la parte más desprotegida de la sociedad. Nosotros somos parte de este sector sufrido, somos el rebaño desprotegido. Me refiero, no solo a las Damas de Blanco, sino a la oposición interna de Cuba en su conjunto. Somos los reprimidos, los golpeados, los apaleados, aún así, nosotros las Damas de Blanco tenemos fe en Cristo. Esta fe nos fortalece y nos hace acortar las distancias con la iglesia católica. Esta iglesia es del pueblo creyente, no de una persona o de un grupo de estas. Vamos a seguir tocando las puertas de la iglesia católica, para que escuche nuestro reclamo. El interés que nos anima es que cese el hostigamiento y la violencia no solo contra las Damas de Blanco, sino contra el pueblo de Cuba, contra la oposición interna. Nuestro afán es que cese el abuso en las prisiones, las terribles condiciones en que malviven nuestros presos políticos. Esto lo puede lograr la iglesia católica a partir de sus contactos con el gobierno cubano.
P: Se conoció que tú y un grupo de Damas de Blanco se entrevistaron con Monseñor Ramón Porcari, ¿podrías abundar sobre este particular?
BS: Nosotros pedimos desde septiembre una cita con Monseñor Jaime Ortega Alamino. Esta cita aún no se ha concretado. Antes de morir Laura Pollán nos reunimos el día 2 de septiembre de 2011 con Porcari. Allí le ratificamos que queríamos reunirnos con Monseñor Ortega y no hemos recibido respuesta suya todavía. Volvimos a insistir el 15 de diciembre de 2011 con el señor Orlando Márquez con la expectativa de que fuera en enero y no fue. Tampoco en febrero y entonces, para el siete de marzo se concretó con Monseñor Porcari. De nuevo ante Porcari, volvimos sobre la cita con Monseñor Ortega. Todo parece indicar a partir de su silencio, que no quiere escucharnos como grupo. Así, pedimos que fuera con cualquier obispo, porque estamos seguras que entonces, llegará a Monseñor Ortega. Entonces ya estaríamos a la espera de su respuesta. Por fin, el pasado día veinticinco tuvimos un encuentro con Monseñor Porcari en el arzobispado que se prolongó por casi más de una hora con treinta minutos. Asistimos cuatro Damas de Blanco en representación del movimiento.
P: ¿Es cierto lo que escuché, sobre que habrían pedido una audiencia con Su Santidad Benedicto XVI en el Vaticano?
BS: Si. Primeramente fuimos para recordarle cómo surgieron las Damas de Blanco, por qué continuamos y cuál es el objetivo final de las Damas de Blanco. Allí entregamos el listado actual de presos políticos, por quienes abogamos, una relación de más de sesenta Damas de Blanco que fueron arrestadas durante la visita del Papa, el desarrollo de las misas y el reglamento de Damas de Blanco. Ratificamos nuestro interés en tener un encuentro con el cardenal Jaime Ortega y le hicimos llegar la carta en que pedimos que interceda ante Su Santidad Benedicto XVI para que conceda audiencia a una representación de Damas de Blanco en el Vaticano. Por cierto, Porcari se mostró poco receptivo y nos dijo: -Si no pudieron estar presentes en las misas papales, ¿cómo piensan qué podrán ir a Roma? Le respondí que entonces, todo quedaría en la reacción del gobierno cubano y para eso ya estamos preparadas. Le recalqué que necesitamos que haga la gestión.
P: ¿Consiguieron en esta ocasión una mayor receptividad en Monseñor Porcari?
BS: No. Esta vez no fue como otras ocasiones. En más de una ocasión, Monseñor Porcari se ha mostrado receptivo con nosotras, esta vez no. Hubo mucha fricción y calor de ambas partes. Pero bueno, las contradicciones fueron resueltas en armonía y al final, recogió lo que entregamos para trasmitirlo al cardenal Ortega Alamino.
P: Como una primera conclusión, puede decirse que pidieron una audiencia en el Vaticano con su Santidad Benedicto XVI, ¿y entonces...?
BS: Como ya ha sido dicho, dejamos nuestra petición con Monseñor Porcari, para que este la haga llegar a Monseñor Ortega y este, la haga llegar a Roma. Aún nos queda concretar el día de la cita con Monseñor Bruno quien está a cargo de la Nunciatura Apostólica de La Habana. Pensamos que fue poco el tiempo que el Papa estuvo en Cuba, pedimos cinco minutos para las Damas de Blanco y no los hubo. Su agenda estuvo apretada y la atmósfera emocional de aquellos días estuvo bastante cargada. Cuando la cita con el Nuncio se concrete, le haremos llegar la carta para Monseñor Jaime Ortega.
P: En Europa, específicamente en Ginebra el gobierno cubano ha sido fuertemente criticado en torno al tema derechos humanos y además, sobre asuntos de justicia y trato al recluso dentro de las prisiones. También esta su conocida posición en torno a la presencia en la Isla de un relator especial sobre derechos humanos y sobre las inspecciones internacionales periódicas en las prisiones de la Isla. ¿Qué podrías decir sobre este particular?
BS: El gobierno cubano pretende desembarazarse de su responsabilidad en las cosas que suceden y pasan en el país. Ya han muerto muchos hombres, más de lo que podría ser aceptado, en protesta o simplemente por exigir cosas elementales que necesitan en su condición de presos políticos y los han dejado morir en huelgas de hambre. Aquí somos apaleados los opositores, tanto mujeres como hombres solo por alzar la voz para promover, defender o exigir el respeto y la implementación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. También por hacer uso del derecho a manifestarnos pacíficamente en las calles. El gobierno cubano dice que no hace falta un relator, pero el caso es: Si no hay basura escondida, ¿por qué no permitir la presencia de un relator? El caso es que efectivamente hay basura a la vista. Pero si no fuera así, la mejor forma de salir de esta encrucijada es permitir la presencia de un relator especial para el tema derechos humanos y darle condiciones para que haga su trabajo.
P: ¿En relación con la inspección periódica de las prisiones cubanas?
BS: El gobierno cubano pretende mostrar a estas como lugares idílicos. En las cárceles de la Isla no solo los presos políticos viven en condiciones infrahumanas. Todos los presos están hacinados, tanto los políticos como los comunes. Las condiciones de vida son pésimas. Pero debe puntualizarse que la alimentación y el trato que reciben, está más allá de los límites de la tolerancia humana. Los carceleros llegan a robar la comida destinada a los reclusos para engordar cerdos que en ocasiones crían con fines de lucro personal. Es muy necesario, imprescindible que el gobierno cubano permita la entrada y facilite condiciones de trabajo a estos, relatores, investigadores o inspectores dentro de las cárceles cubanas. Así el mundo conocerá de primera mano de que se trata en realidad. Los familiares deben llevar alimentos a los presos, tanto comunes como políticos, porque la alimentación, nunca es la adecuada. Una calidad infame y una cantidad insuficiente. Realmente, cuando un hombre entra a una prisión cubana, deja de ser tratado como un hombre, para ser degradado a la condición de animal.
(Primavera Digital)
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