Carta enviada a los 176 Cardenales de la Curia romana. Próximamente publicaremos aportes, comentarios y sugerencias a la misma. Gracias a todos los que entusiastamente han colaborado con este proyecto que al recoger el sentir de muchos tambien es obra de todos los cubanos amantes de la Libertad. Por José Antonio Jiménez, Guillermo Estévez y Eduardo Ochoa.
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Mayo 20 del 2012
Su Eminencia: ____________________ Cardenal titular de ________________________
Agradecemos su gentileza de hacer llegar esta carta a su Santidad el Papa Benedicto XVI. Los católicos cubanos exilados y los que habitan en Cuba estarán en deuda con usted por siempre. Su Santidad Benedicto XVI, Obispo de Roma y máxima autoridad de la Iglesia Católica. Con el mayor respeto nos dirigimos a usted, después de enviarle nuestros devotos saludos, para expresar las preocupaciones de millones de católicos cubanos ante hechos que en pasados días han sacudido lo más intimo del sentimiento cristiano de los cubanos y otras consideraciones sobre el Cardenal cubano Jaime Ortega y Alamino.
El pasado 24 de abril del 2012, el Cardenal Jaime Ortega y Alamino, máxima autoridad y vocero de la Iglesia Católica Cubana, en un foro titulado "Iglesia y Comunidad" sobre el papel de la Iglesia Católica en Cuba, efectuado en la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, EE.UU., formuló declaraciones ofensivas para los cubanos que se encerraron por breve tiempo en una iglesia habanera con el fin de protestar sobre la falta de libertad en Cuba días antes de la visita de su Santidad a la isla, calificándolos de antiguos delincuentes comunes, sin nivel cultural y cuya conducta estaba siendo financiada desde Miami, en una franca y punible acusación de mercenarios. En esa misma ocasión, el Cardenal Ortega y Alamino se refirió al extinto Obispo Auxiliar de la Diócesis de Miami, Monseñor Agustín Román, como practicante de la censura que –según sus palabras– el exilio cubano ejerce sobre los que proclaman la reconciliación a todo trance con los que, sin el trámite del arrepentimiento y la penitencia, continúan al frente de un sistema que por 53 años ha desconocido los Derechos Humanos y Libertades fundamentales a que todo hijo de Dios es acreedor.
Hace casi diecisiete años, en septiembre de 1995, personalidades preclaras y representativas del destierro cubano señalaron al Beato Juan Pablo II, en una carta titulada "¡Santidad, protegednos de la actuación del Cardenal Ortega!", que las declaraciones del Cardenal Ortega y Alamino en mayo de 1995, en la ciudad de Miami, Florida, favorecían la supervivencia del régimen cubano en el poder, al desconocer las reales razones de la separación familiar y el enfrentamiento entre cubanos, los cuales no podían ser salvados con su vacio mensaje de "reconciliación" y "fraternal abrazo", sin hacer mención a la causa de la profunda crisis cubana; el sistema socio-político implantado por la fuerza en nuestra Patria. Más reciente, el 16 de mayo del 2012, la revista católica cubana "Palabra Nueva", refutando los ataques que masivamente recibe el Cardenal Jaime Ortega y Alamino dentro y fuera de Cuba admitió que el Cardenal era la figura visible del dialogo Iglesia-Gobierno. Nosotros preguntamos: ¿Con quién o quienes ha consultado el Cardenal Ortega, que desconociendo las genuinas aspiraciones de justicia del pueblo cubano, se erige en su representante para discutir, como destaca el escrito en otro de sus párrafos, "La transformación de la sociedad"? Y Orlando Márquez, director de "Palabra Nueva", también admite en ese artículo: "Aún sin saber hasta dónde puede avanzar ese dialogo". Tamaña irresponsabilidad sólo puede ser admitida cuando se irrespeta la condición humana del pueblo, se olvida su historia y personalmente ni siquiera se ha reconciliado con los que ha desconocido y atacado. El ejemplo dado por el Cardenal polaco József Mindszenty; la vida y obra del Beato Juan Pablo II y la afirmación suya cuando presidía la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, que calificaba el comunismo como "la vergüenza de nuestro tiempo", han guiado nuestras vidas en defensa de los ideales de libertad, y muy en particular nuestro derecho a profesar el culto que nos fue enseñado por nuestros padres, así como el derecho a decir sin miedo nuestra verdad públicamente. Esto nos hace pensar que el Cardenal Ortega y Alamino ha perdido el rumbo, apartando de un manotazo a la inmensa mayoría de los católicos de la grey de la que es Pastor. Su actitud prepotente y ofensiva ha convertido en parias sociales a los opositores cubanos y exilados políticos, que son la mayoría de los católicos cubanos.
Por estas razones opinamos que su Eminencia el Cardenal Jaime Ortega y Alamino al desconocer sus obligaciones como pastor de la Iglesia Católica Cubana, debe renunciar a su investidura y nos impone el deber de solicitar de Su Santidad que anticipe su retiro. Rogamos al Señor que continúe bendiciéndolo con salud y sabiduría, para que mantenga su labor apostólica como cabeza de nuestra Iglesia.
Sus servidores en Cristo,
José Antonio Jiménez, Guillermo Estévez Eduardo Ochoa. Comisión Política del Comité Internacional de Expresos Políticos Cubanos.
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