Un comentario para el Blog Religión en Revolución incluido como post. Por: Yoaxis Marcheco Suárez*.
La Red de Redes, como se le ha llamado a la Internet por su alcance fabuloso y su alta capacidad de conectividad y posibilidad de comunicación, ha venido a romper toda barrera de silencio y a perjudicar especialmente a los regímenes totalitarios como el que aun impera en Cuba. Se ha impuesto, como bien dijera una amiga querida, para abrir brechas a la libertad, a la democracia. Los cubanos que hemos decidido utilizar estas brechas, aun bajo todas la dificultades y los sinsabores que esta decisión acarrea, debemos ser sabios y usar los estrechos caminos que la Internet nos facilita para atacar a quienes desgobiernan y desde hace cinco largas décadas someten bajo su dominio y control a nuestra sufrida y empobrecida nación. No considero acertado transformar esta lucha en algo meramente personal y mucho menos marcado por nuestras amarguras. La batalla que sostenemos, más que para aislar, debe centrase en nuestro esfuerzo de aunar voluntades. Cuando comenzamos a levantar la voz por quienes sufren, dejamos de ser para otorgar a nuestras ideas el primer lugar.
Me duele en ocasiones ver como algunos pierden el tiempo y las posibilidades que les brinda el acceso a la Red, para atacar a capa y espada a otros y llegan a transformar el medio en un lamentable “dime que te diré”, o en un mar de lamentaciones por sucesos personales ocurridos en el pasado. Mi ánimo no es señalar a nadie en particular, y dejo claro que respeto el derecho a la libre expresión, al punto de que quizás ingenuamente, espero que, al menos quienes disienten del sistema autoritario que nos golpea, lo hagan de igual manera. Cualquier acusación sin sentido y con malas intenciones a determinadas personas que conozco y que en el orden personal no considero ligadas al régimen, las tomaré, muy particularmente, como no creíbles. No contestaré ningún otro comentario al respecto. Mi consejo más sano, es concentrarnos en la lucha contra lo que en este país nos oprime y agobia, sin toques personalizados, ni ráfagas lanzadas al aire, sin importar a quien afecten. No es un simple “dime que te diré”, es algo más serio y profundo.
La Internet se nos ha abierto como la posibilidad de romper el cerco que nos aprisiona. Usémosla en unidad para lograr que “las Alambradas”, al decir de nuestro admirado Luis Felipe Rojas, puedan ser rotas con la creciente fuerza de nuestras ideas y palabras. Yo seguiré empujando con mí decir por este medio, concentrada en el objetivo real de esta mí lucha. Por lo demás, no dejaré de saludar a mi amigo, el editor de este Blog, “Religión en Revolución”, su manera de editarlo, nos enseña mucho acerca de la libertad, la democracia, el derecho, pero sobre todo y en medio de cada uno de ellos, del respeto al criterio y al pensamiento ajeno, un sueño que algún día se hará realidad en Cuba.
Quiero terminar mi comentario-consejo con esta maravillosa frase de Voltaire: “Disiento con lo que dices, estoy en total desacuerdo con ello, pero defendería con mi vida tu derecho a decirlo”, y agregaría: lucho por un país mejor, como cristiana lo hago con amor, teniendo siempre latente la posibilidad del perdón, creyendo que este tiempo presente pasará y yo seré protagonista responsable del cambio que ya se está gestando, y mis hijos vivirán en una Cuba nueva, libre de remordimientos y de odios.
*Licenciada en Información Científico Técnica y Bibliotecología y Máster en Estudios Teológicos por FLET. Desempeña sus labores en la Iglesia Bautista de Taguayabón en Villa Clara Cuba junto a su esposo el Pbro. Mario F Lleonart.
(Religión en Revolución)
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